En este tiempo de pandemia, implementar, administrar y gestionar la educación desde el espacio virtual para un sistema creado y enfocado en las relaciones, experiencias y viviencias personales, es sin lugar a duda un gran reto y al mismo tiempo una gran aventura que pone a mi modo de ver, una prueba real sobre el verdadero alcance y aporte de la tecnología como herramienta para la educación.
Un tiempo donde las pizarras son nuestras pantallas del ordenador, la entrega de tareas en archivos office, videos explicativos, reuniones grupales y hasta recreos virtuales son una de tantas acciones que va a definir este tiempo. Del mismo modo como diseñador pasamos de los impresos a los mails, pdf interactivos, blogs, y hasta videos. Una dimensión que tiene otra fluidez, como si se tratara de una versión "pocket" ahora más intuitiva y a la vez concreta, pero que en resumidas cuentas es más rápida y sobre todo disponible en cualquier momento.
Las escuelas, y me refiero a aquellas que desde algunos años ya venían implementando algunas plataformas tecnológicas, se han podido adaptar rápidamente a esta nueva realidad y por no decir menos serán aquellas quienes potenciarán sus experiencias inclusive luego del retorno a la vida libre.
Aquí debajo un pequeño ejemplo de lo desarrollado, en que el diseño influye en la experiencia y facilita la las acciones a través de una exposición sencilla, clara y conectada al entorno juvenil.
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Escuela de familia, con temas de interés del momento.
Conversatorios con padres a cargo del equipo de psicólogos
