No puedo dejar de reconocer que la pandemia ha empujado a muchas empresas a reinventarse, no solo en gestión sino que ahora más que nunca es evidente que las marcas tienen un gran reto por delante, entender que no solo se trata de buscar audiencias sino de establecer una linea clara de compromiso, credibilidad y sobre todo entendimiento.
Si algo tenemos que ser conscientes, es que en marketing existe el B2C y el B2B, business to consumer y business to business, la primera refiere a empresas que venden sus productos al cliente final y el segundo a las empresas que venden a otras empresas.
Históricamente el B2B, solía dejar de lado la construcción de la marca, para centrarse en el producto, y trabajaba sobre sus atributos 100% funcionales: los tornillos mas fiables, el acero de mejor calidad, etc. El tiempo y la revolución en los estándares de calidad e innovación, ha hecho que esa oferta funcional se iguale tanto que hoy todos los tornillos son fiables, los aceros de calidad, etc, por lo que para diferenciarse, tienen que empezar a trabajar sobre aspectos más emocionales, como lo hacen sus compañeras de B2C.
Hoy ya no existen diferencias entre ambas formas de construir una marca, ni de cómo planteamos una estrategia, pues la razón radica en que finalmente ambos conectan con "personas". ¿le vendemos tornillos a una empresa? ¿o le vendemos tornillos a una persona de compras de una empresa? ¿o al responsable de calidad? ¿o al gerente de una compañía?
No interactuamos con empresas, sino con personas que forman parte de una compañía, y son aquellos que piensan y actúan al igual que un consumidor (con filtros pre establecidos) pero al fin y al cabo influyentes y decisorios.
El B2P, el branding to people
Sea vendiendo tornillos o zapatillas o dulces, estamos intentando generar valor a través de la marca para nuestra compañía, y eso pasa por crear relevancia y preferencia en nuestras audiencias, ambas se consiguen gracias a propuestas de valor diferenciales de la competencia, tanto en su eje racional como emocional. Esto se traduce en: la calidad de nuestros tornillos, se convierte en "tranquilidad" para un operario, en "seguridad" para el usuario.
Aquellas marcas que sean capaces de interacturar, establecer relaciones, vínculos y ventajas competitivas, sea cual sea tu cliente, consumidor o audiencia, finalmente es una Persona.
En fin, somos humanos, pensamos, sentimos y deseamos.
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